Tareas principales del mantenimiento

Limpieza de filtros:
Los filtros de aire deben limpiarse o reemplazarse regularmente para evitar la acumulación de polvo, alérgenos y partículas que afectan el rendimiento del equipo y la calidad del aire. 

Limpieza de serpentines:
Tanto el serpentín del evaporador (unidad interior) como el del condensador (unidad exterior) deben limpiarse para eliminar la suciedad que puede obstruir el flujo de aire y reducir la eficiencia del sistema. 

Verificación de refrigerante:
Es necesario comprobar y ajustar el nivel de gas refrigerante, ya que un nivel incorrecto puede afectar la capacidad de enfriamiento del equipo. 

Revisión de componentes mecánicos:
Se inspeccionan y ajustan las correas y poleas del ventilador para asegurar un funcionamiento óptimo y prevenir fallos. 

Limpieza y revisión de la unidad exterior:
Se limpia el polvo y los residuos de la rejilla, se revisan los soportes y se comprueba que no haya obstrucciones para permitir un buen flujo de aire. 

Revisión del termostato y componentes eléctricos:
Se verifica el correcto funcionamiento del termostato y se revisan los condensadores y contactores eléctricos para asegurar que no haya desgastes ni daños. 

Limpieza del desagüe:
Se inspecciona y limpia el tubo de desagüe para evitar obstrucciones que puedan causar malos olores y la proliferación de bacterias. 

Beneficios de un mantenimiento regular

Ahorro energético:
Un sistema limpio y en buen estado funciona de manera más eficiente, lo que se traduce en un menor consumo de electricidad. 

Mayor vida útil:
Las revisiones y limpiezas periódicas previenen el desgaste prematuro de los componentes, prolongando la durabilidad del equipo. 

Mejora de la calidad del aire:
La limpieza regular de filtros y serpentines ayuda a eliminar el polvo, las bacterias y los alérgenos, mejorando la calidad del aire interior. 

Reducción de averías:
El mantenimiento preventivo detecta y soluciona pequeños problemas antes de que se conviertan en averías graves y costosas.